“Se busca abuelo para compartir piso”

Se busca abuelo para compartir piso se ha convertido en algo más que una novela inspirada en la convivencia de seis amigos de entre 60 y 85 años. Con esta historia, el escritor  francés Vincent Pichon-Varin quiere transmitir las inquietudes de una generación que huye de la soledad por el camino de la vitalidad entre experiencias cómicas y tristes, pero sin desviarse de la realidad y el deseo de “que las personas mayores estén más activas y de moda que nunca”. Una percepción que se constata como una realidad que la sociedad debe de asumir y  agradecer.

“Los mayores afrontan mejor los problemas y las alegrías cuando conviven entre ellos”

Vincent Pichon–Varin

Ahora que los jóvenes buscan compartir piso para ahorrar gasto, cuesta creer que la inspiración se encuentre a través de un grupo de abuelos…

La vida fluye por las personas mayores, son la experiencia, la vitalidad, el optimismo, el consejo. La sociedad debe de girar en torno a ellos y como protagonistas que son debían de escribir esta novela. La inspiración la encontré en mis abuelos y en imaginar cómo vivirían la experiencia de compartir un piso para evitar la soledad.

“Compartir un piso con 70 años es un ejercicio de vitalidad y una manera de vivir más vidas a la vez”.

¿Con qué intención escribiste la novela, para que las personas mayores reflexionen o para que el resto de la sociedad abriese los ojos ante una realidad?

La finalidad es presentar a la sociedad una generación joven con inquietudes y deseos de participar en todo lo que les rodea, incluso de las nuevas tecnologías, aunque estas quieran alejarse de la población más madura.

 Muchas de las situaciones y reacciones de los protagonistas de “Se busca abuelo para compartir piso” están marcadas por la soledad. ¿Estamos ante el gran problema con el que se enfrentan las personas mayores?

Existen tres problemas para los personajes de esta novela que sirven también para la mayoría de personas que cumplen una edad superior a los 70 años, el dinero, la enfermedad y la soledad. Contra estos inconvenientes sólo cabe actuar.

Aunque la historia y los protagonistas son franceses, ¿crees que la problemática, las inquietudes y la cultura del mayor es la misma en España?

Creo que el problema fundamental de los mayores es que estamos en una sociedad muy individualista en la que el que no produce es excluido. En tiempos de crisis somos más egoístas y no pensamos en los demás, sobre todo en los mayores. El problema es el mismo en todos los países con poblaciones de mayores en crecimiento y que viven entre los 90 años.

“Compartir un piso con 70 años es un ejercicio de vitalidad y una manera de vivir más vidas a la vez”.

Vincent Pichon–Varin

¿Qué mensaje quieres transmitir para una persona mayor que lea este libro?

Que se mantenga activo el mayor tiempo posible ya sea ayudando a los demás o trabajando aunque la remuneración no exista. La vida no se para, irá más despacio pero la ilusión y la actividad deben de continuar.

En esta novela encontramos una reflexión común de los protagonistas: “Viviendo juntos somos más fuertes; pero no luchamos contra la muerte; la compartimos, o mejor aún; la dividimos y luego nos las arreglamos con ella…

Compartir un piso a cualquier edad es también “formar” una familia, entender los problemas, las alegrías y evitar los miedos de la soledad o la enfermedad. El abuelo de la novela, como cualquier otro, debe de saber que al compartir un piso con seis personas más está viviendo seis vidas al mismo tiempo.

Otra de las frases de esta novela, que en sí es una realidad palpable, es que “los protagonistas no saben lo que es una conexión wifi, pero a todos les seduce la idea de ser joven”

Pasa en todos los países. En Francia si una persona mayor tiene un Iphone e Internet, sabe que puede llegar a los 100 años sin problemas. Las sensaciones de juventud y de vitalidad son mucho más acusadas en la población mayor.

Entre la teleasistencia, las residencias, ¿qué ventajas encontraría una persona mayor al compartir piso con gente de su generación?

Ellos pueden elegir las personas con las que compartir un piso, algo que no ocurre en las otras opciones. En Francia el concepto de las residencias es muy diferente al de España porque se acude muy tarde y como máximo un año, ya que la esperanza de vida llegada esa situación, es muy corta. Parece la manera más fácil de “quitarse de encima” a la persona mayor. En España el sentimiento de familia y respeto al anciano es mucho más fuerte que en Francia.

“Con 70 años, y con el problema de la enfermedad, el dinero y la soledad, sólo cabe actuar”

Vincent Pichon–Varin

Ahora que se habla de la Solidaridad Intergeneracional, de la relación entre nietos y abuelos o la convivencia entre generaciones muy diferentes ¿Con qué generación debe compartir su vida un mayor?

La cultura de cada país es muy importante. En China los jóvenes se ocupan de los mayores en la misma familia, algo normal. Parte de la inspiración de este libro la encontré en un reportaje de televisión en el que los abuelos ayudaban en el aprendizaje de las matemáticas y la Lengua a los jóvenes, y estos en la compra diaria, es una fórmula muy interesante que en España se ha llevado a cabo con el llamado  “Banco del Tiempo”.

Envejecer es inevitable, ¿pero los protagonistas de “Se busca abuelo para compartir piso” reflejan la tendencia de que se envejece más rápido en lo físico que en lo mental o viceversa?

En Francia existe una frase muy utilizada cuando hacemos referencia a las personas mayores. “Un mayor se va por la cabeza o por los pies”. Con el ejercicio físico se retrasa la vejez. Tanto en el libro como en la realidad, hay que buscar la actividad física para entretener la mente y ganar vida a los años.

“¿Cómo se comparte un piso entre abuelos  sin pasar de la realidad a la ficción?”

Como dice su autor, “compartir piso a los 20 es una experiencia imprescindible, pero si lo compartes a los 60 años la cosa se convierte en una auténtica locura”. Los motivos parecen justificados. Seis viejos amigos cercanos a los 85 años con caracteres y personalidades originales y diferentes que huyen de la soledad en un apartamento en París. “Entre ellos hay una madura actriz, una antigua dependienta de unos grandes almacenes, un ex detective y un empresario”, personajes tan reales y creíbles como en “la vida misma”, reconoce Vincent. La convivencia de todos ellos es una historia llena de intriga, humor, misterio, amor…y un final feliz que nos debe recordar “que la vida es larga y bella y la edad no tiene que ser un impedimento para disfrutar de ella”.